Patrones de la ARKEA ULTIM CHALLENGE – Brest. Éric Péron: "el reto de su vida”

La historia de Éric Péron comienza en una grada. Sus padres se conocieron en una regata de 470, su padre era tan apasionado que hizo de la vela su segunda vida como ferretero ambulante, y su hermano era tripulante. Y ahí está la caravana de los Péron, viajando de puerto en puerto, participando en regatas y campeonatos en la región de Bigouden.
Miembro del Centro Náutico de Loctudy, Éric se hizo navegante en Optimist, 420 y luego 470, un recorrido demasiado tranquilo para su gusto, y surfea en La Torche cuando tiene un rato libre. "En mi época, las regatas de catamaranes se consideraban de un nivel inferior, así que hacías cuatro sietes. A mi hermano y a mí nos gustaba el planeo y probablemente habríamos estado mejor en un multicasco".

En vísperas del año 2000, Éric tenía 18 años y "no estaba muy preocupado por lo que iba a hacer con su vida". Se inscribió en el STAPS como sus amigos, conoció a David Ullman en Estados Unidos, aprendió a diseñar velas e incluso importó a Francia la licencia de Ullman Sails.
Luego acabó siendo "engañado", como él dice, por las regatas oceánicas, ¡y se inscribió en el Figaro! Compitió en 10 Solitarios entre 2006 y 2019 con mayor o menor éxito. Reconocido rápidamente por sus homólogos, Éric tuvo dificultades para hacerse un nombre. Su tocayo, Loïck Peyron, divierte al público utilizando la voz de Darth Vader para decir "¡No soy su padre! A Éric le hace gracia, y dice que nunca ha sufrido de fluidez fonética, "¡lo cual es muy útil al principio, cuando tienes proveedores o socios al teléfono!
Su currículum en vela ligera le abrió enseguida las puertas del Pôle Finistère Course au Large de Port-La-Forêt, que ya nunca abandonó: "El Pôle te da un marco, herramientas

Una asombrosa capacidad de recuperación
Cuarto en la Solitaire du Figaro en 2010, segundo en la Transat AG2R en 2012, la gran victoria que debía encaminarle hacia otros horizontes se le escapó y le dejó algunos remordimientos: "Disfruto mucho del camino para llegar y a veces me olvido un poco de mí mismo por el camino. En algún momento hay que dejar de contemplar, desenfundar y ganar".
Más romántico que asesino, Éric Péron no tiene reparos en hablar de sus fracasos. "Es un extrovertido entrañable", afirma Thomas Rouxel, que trabaja con él desde sus tiempos de vela ligera. "Entendió muy pronto la importancia de comunicar y no le gusta contar historias. Es fácil hablar con él y, como es muy emprendedor, eso le abre puertas".
Tras varias temporadas en la clase IMOCA, Éric Péron se unió a Dongfeng en la Volvo Ocean Race en 2014-2015. Le gustó la experiencia de navegar al límite en un gran barco y se sintió preparado para lanzar un proyecto de Vendée Globe. Encontró un patrocinador, invirtió en una oficina de diseño y reservó un hueco con Persico en Italia para un diseño de Verdier, pero tuvo que abandonar cuando su socio se retiró, dejándole endeudado.

El emprendedor Péron se recuperó rápidamente creando el French Touch Oceans Club, un club de empresas unidas en torno al saber hacer francés. Volvió a endeudarse para comprar un Figaro Beneteau 3, el año del lanzamiento del one-design, se vistió de piloto rojo, blanco y azul de la Patrouille de France y regresó con éxito a la Solitaire ganando una etapa, mientras todos los grandes nombres de los años 90 y 2000 -Peyron, Desjoyeaux y Eliès- regresaban para celebrar la llegada del nuevo one-design. A continuación navegó en el Ocean Fifty, su primera experiencia oceánica real en un multicasco monocasco, en la Ruta del Ron-Destino Guadalupe, que completó con honores.

Podría haber movilizado a sus socios y encontrado nuevos patrocinadores para dar continuidad a esta experiencia con un 50 pies más afilado. Pero la oportunidad de dar la vuelta al mundo en solitario en un multicasco es histórica. Éric quiere participar. Al finalizar el plazo de inscripción, encontró un nuevo socio, ADAGIO, para fletar el antiguo Géronimo. Los cinco participantes en la ARKEA ULTIM CHALLENGE-Brest aceptaron al unísono saltarse las reglas y participar en la regata. La participación de Éric añade un toque de aventura y frescura al desafío deportivo y tecnológico. El patrón del ADAGIO, el único trimarán no volador de la regata, sabe que podría quedarse atrás rápidamente en el Atlántico, pero su primera victoria será en la salida. "Después, la regata no se va a decidir por un movimiento estratégico. Partimos todos juntos, pero para llegar allí, tendremos que navegar con las anteojeras puestas. Dependerá de cada uno de nosotros gestionar nuestra máquina.